La cumbia es un género musical y un baile folclórico tradicional que nació en la costa atlántica de Colombia. Se creó como fusión entre el ritmo africano, especialmente del “cumbé” que llevaron los esclavos a Latinoamérica y la música indígena del país. Existe también cierta influencia de la cultura española de la época de la colonización (s. XVII), respecto a la ropa que utilizaban en sus danzas.
En la cumbia tradicional colombiana se entremezclan los instrumentos musicales de ambas culturas, todos ellos fabricados de forma muy artesanal con elementos naturales: una tambora (tambor grande); un tambor alegre (tambor mediano), un llamador (tambor pequeño); maracas (fruto del totumo relleno de semillas); guache (cilindro metálico relleno de semillas o piedrecitas); gaita (flauta vertical); gaita hembra (con 5 orificios); gaita macho (con 6 orificios); flauta de millo (hecha de caña y con lengüeta).
Hacia 1940, la cumbia colombiana se extiende por Latinoamérica, dando lugar a otras cumbias como la peruana, venezolana, chilena, boliviana.
En 1946 surgieron grupos como “El cuarteto imperial”, “Los Wawancó” y el cantante Enrique Rodríguez, que popularizaron este género.
Como danza folclórica, en sus orígenes era grupal. Cada uno empieza bailando de forma independiente, la mujer muy sensual, con mucho coqueteo y movimientos de caderas, con una mano juega con su falda y con la otra alza un velón encendido. Poco a poco se van acercando a la pareja, para terminar juntos con el cortejo del hombre. Tanto en el ritmo, como en la danza, existen diversas modalidades de cumbia en función de las regiones, destacando, por ejemplo: la Sabanera, la Clásica, la Cumbiamba y la Vallenata
La versión de la cumbia como baile de salón, ha perdido toda la riqueza coreográfica de su folclore. Se baila en pareja, con un paso base de desplazamiento, vueltas, giros y algunas figuras.
Se considera que la canción más emblemática de este género es “La Pollera Colorá” compuesta en 1960 por Juan Bautista Madera Castro.